NUESTRA HISTORIA

En 1938, el Señor le dio a Ed Harlow, un joven misionero en el Congo Belga, el deseo de establecer una escuela bíblica en América del Norte. Poco después, Harlow dejó su estación misionera y viajó a Toronto, Canadá, donde, en 1941, él (junto con John Smart y Ernest Tatham) fundó la Escuela Bíblica Emmaus. Durante el primer año de clases, 144 estudiantes se inscribieron para estudiar la Palabra de Dios.

Después de ese primer año, se hizo evidente que muchas otras personas querían aprender de la enseñanza bíblica que ofrecía la Escuela Bíblica Emmaus. Sin embargo, no todos podían asistir a la escuela en Toronto. Por lo tanto, el Señor guio a Harlow y Smart a crear cursos por correspondencia a partir del plan de estudios que se impartía en Emmaus.

En pocos meses, estudiantes a la distancia estaban leyendo y estudiando las lecciones bíblicas. La Escuela por Correspondencia siguió creciendo y, en 1948, ya había 17 títulos disponibles, con más de 2000 estudios distribuidos. El Señor continuó bendiciendo y ECS creció a través de los años 50 y hasta los 60. Para 1965, había más de 35 títulos disponibles, se habían distribuido 3 millones de cursos en todo el mundo y 80 idiomas tenían al menos un curso impreso.

En 1977, William MacDonald escribió el estudio «Born to Win» (Nacido para ganar). Este curso (escrito específicamente para abordar cuestiones relacionadas con los reclusos) fue una herramienta fundamental que llevó a que muchos de nuestros estudios se utilizaran en las prisiones.

En 2002, La Escuela por Correspondencia de Emmaus (que siempre había sido parte del Colegio Bíblico Emmaus) se convirtió en una organización independiente llamada ECS Ministries.

En 2020, cambió su nombre a Emmaus Worldwide (Emmaus Internacional). Hoy, más de 80 años después de la fundación de la Escuela por Correspondencia, con más de 63 millones de estudios distribuidos en más de 100 países en más de 80 idiomas, nuestra misión sigue siendo clara: glorificar a Dios al proveer recursos bíblicos estructurados de estudio que enseñen a las personas de todas las naciones a aceptar a Cristo como su Salvador y Señor, crecer en Cristo y compartir su fe con los demás.